Hola:
En razón de algunos comentarios que se volcaron en este blog, paso a explicar el motivo de la suspensión de clases. Ante todo, aclaremos que el asueto del lunes 6 de septiembre no lo determinó la cátedra, sino las autoridades. Por ende, la siguiente explicación corresponde a esta semana, que en nuestras comisiones afectó a la clase del lunes 13 de septiembre. Por definición, las tomas paralizan todas las actividades y la institución queda en manos de las resoluciones de las asambleas de estudiantes. En este caso se nos recrimina por qué no damos clase. Creemos que manteniendo las clases naturalizamos la toma (y, en cierto sentido, pasamos a estar de acuerdo con ella), cuestión que nosotros no decidimos ni discutimos. Además, cabe decir que en esta situación no corren ninguno de los seguros por accidentes –ni para estudiantes ni para profesores–, y cabe decir también que el docente es el responsable de lo que suceda en el aula. En la reunión del claustro docente se decidió exigir determinadas condiciones para desarrollar nuestro trabajo (ver entrada abajo “Comunicado ADIUNA”).
Por mi parte (y ésta es una opinión personal), estoy de acuerdo con varios de los reclamos de los estudiantes (por ejemplo, el problema edilicio, la falta de recursos, los planes de estudio, las complicaciones burocráticas, etc.), la cuestión de la metodología es discutible (si hay que tomar o no, o hacer una marcha, u otra cosa), pero en lo que no puedo estar de acuerdo es en la orientación y el contexto. Convengamos que varios de los reclamos vienen de mucho antes; pensemos, por ejemplo, en todos los dolores de cabeza de principios de año. Mi pregunta es por qué se mezcla con otro hecho importante como es la movilización de los secundarios (el mismo reproche le cabe a las actuaciones estudiantiles en las sedes de la UBA). No puedo no hacer un análisis político del asunto, y en este sentido me parece que la orientación y el contexto es lo que hay que poner blanco sobre negro, es decir, quiénes son los responsables de que el IUNA esté como está, y no perderse en reclamos abstractos como pedir mayor presupuesto o hablar de la crisis de la educación en general. Siempre es fácil echar la culpa afuera, o mezclar todo con todo.
Mariano
jueves, 16 de septiembre de 2010
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Muy bien mariano, estoy muy de acuerdo. Meter todo en la misma bolsa no es una solución, en este contexto los árboles siguen sin dejarnos ver el bosque.
ResponderEliminarYo estoy muy agradecida de la educación pública, y veo que en el Iuna algunas cosas van cambiando. Agradezo también inmensamente tener profesores con oficio de profesores. Yo soy beneficiaria de una beca del Iuna también, y creo que eso hay que cuidarlo. Es único. Los problemas que conocemos todos (edilicios, etc), creo que hay que encararlos de otra manera, nuestro caso es muy diferente al de los chicos de los colegios secundarios.
Saludos
Hola Chinita:
ResponderEliminarme alegra mucho escuchar tu opinión, y me gustaría que se sumen la de muchos otros. El IUNA no puede funcionar ni puede solucionar los problemas con una toma de por medio. Tengo muchas ganas de retomar las clases y debatir sobre estas cuestiones con todos, pero sinceramente pensamos que si diéramos clases en estas condiciones estaríamos acordando con el método y con los turbios intereses que se están gestando. Lo dijiste muy bien: que el árbol no nos tape el bosque.
un abrazo
Mariano